Cuando mi pareja, después de 6 años juntos, me dejó por otra mujer, sentí que el mundo se me venía encima.

Yo era coach en relaciones, ayudaba a otras mujeres a encontrar el amor, así que pensé que podía separar lo personal de lo profesional.

Pero me equivoqué.

No tenía idea de lo duro que iba a ser ese golpe… me quitó la seguridad, las ganas de reír, y hasta las ganas de vivir.

Probé todos los consejos de siempre, los típicos que ves por todos lados… y nada me funcionaba.

Pasaron las semanas, luego los meses… y yo seguía ahí, estancada, llorando y revisando sus redes como si eso me fueran a dar respuestas.

Tenía el corazón hecho pedazos, me sentía perdida, sin salida.

Llegué a pensar que me iba a quedar sola para siempre.

Mis amigas ya no sabían cómo ayudarme, y yo ni siquiera podía mirarme al espejo.

"¿Qué me pasa?" pensaba. "¿Por qué no puedo salir de esto, si se supone que yo sé de relaciones?"

No entendía por qué me sentía así… pero muy dentro de mí, había una vocecita que me decía que el problema no era yo, sino la forma en que estaba tratando de levantarme.

Esa vocecita me recordaba que yo era fuerte, que sí podía con esto, solo necesitaba encontrar el camino correcto.

Busqué en todos lados. Leí, investigué, me llené de información… pero todo era lo mismo de siempre, los mismos consejitos vacíos de siempre que se repiten en redes.

Incluso intenté salir con otros hombres… pero no me llenaban.

Me topaba con tipos inmaduros, que no sabían lidiar con una mujer que ya sabía lo que quería.

Y como no encontré nada que realmente me ayudara… decidí crear mi propio camino.

Probé, fallé, me levanté. Y en menos de una semana, aplicando lo que había desarrollado, ya me sentía como otra.

Me sentía fuerte, viva… ¡una bichota empoderada!

Por fin disfrutaba estar sola, hacer mis propios planes, volver a conectar conmigo.

Volví a agarrar impulso. Y lo más loco fue que otras mujeres empezaron a buscarme, a preguntarme qué había hecho, cómo lo logré.

En poco tiempo, estaba hablando con miles de mujeres que estaban pasando por lo mismo.

Compartiendo mi método, enseñando a otras a convertirse en su mejor versión.

Incluso psicólogas me empezaron a pedir tips para ayudar a sus pacientes a sanar de verdad.

Así nació "Una Bichota Empoderada".

Desde entonces he ayudado a más de 12,000 mujeres, y he ido puliendo mi método con cada historia, con cada proceso.

Combiné psicología real, estrategias del desapego, herramientas prácticas y un montón de cosas que nos hacen únicas como mujeres.

Y funciona. No importa cuánto duela ahora, esto sí tiene solución.

Es momento de que tomes el control de tu historia, incluso si tu ex fue lo peor que te pasó.